jueves, 28 de noviembre de 2013

“COMPOSTURA” DE ALTARES


Una de las grandes tradiciones de nuestro Pueblo Mágico es el arreglo de los templos con cortinajes, coloquialmente conocidos como altares.

La mayoría de las composturas antiguas eran cuidadosamente elaboradas con telas como el satín y las muy socorridas pero extintas tarlatana y charmes; es de resaltar el manejo elaborado que se le daba al cortinaje ya que se podían lograr con éste diferentes estilos, el más recordado es el abullonado siendo este la simulación de una tela acojinada y se formaba solamente utilizando alfileres. 

Una tradición que aún sigue viva hasta nuestros tiempos y que no solo es del uso de los templos sino también en las casas del pueblo, para los Santos, en la casa de los mayordomos o en barrios como por ejemplo, en la fiesta de Guadalupe y afortunadamente al día de hoy en muchas casas del pueblo aún los elaboran con gran esmero.

Los diseñadores más recordados de estos altares son Don Luis Gómez, Don César Hernández, Don Manuel Huertas y el sr. Rey Tepo; todos ellos ya difuntos. En la época actual tenemos el talento de los maestros Pepe Alarcón y José Luis Zacarías; también se dedican a esta noble labor el Profr. Edgar Lozada, Néstor Arredondo y los coloquialmente conocidos como "los agustines".

1948 ALTAR MAYOR DE LA PARROQUIA DE SANTA MARÍA MAGDALENA

CRÉDITOS: Autores Diversos
Bibliografía del Acervo de la DIRECCIÓN DE TURISMO Y PATRIOMONIO CULTURAL.



XICO ES ELEVADO A CIUDAD




El 11 de enero de 1956, siendo gobernador del Estado el Lic. Marco Antonio Muñoz Turnbull, y Presidente Municipal el Sr. Salvador Suárez Pozos, la H. Legislatura del Estado otorga a la Villa de Xico el título de ciudad.

Xico con sus calzadas de piedra de río, las casas de madera y su gente sencilla y de campo, recibe entonces el nombramiento con la tranquilidad y calma que hasta la fecha lo caracteriza.

domingo, 10 de noviembre de 2013

GASTRONOMÍA: LICORES DE FRUTAS


La frase de que “en Xico se toma mora” tiene su origen desde la xiqueñada celebración en la que los habitantes del lugar hacían preparados para regalar a la gente que visitaban a Santa María Magdalena, tradición que hasta nuestros días se conserva.

Para la elaboración de los licores se requiere del acopio de la fruta, que lugareños de la región aprovechan para posteriormente pasar a la extracción del jugo, dejar el jugo en un reposo de añejamiento en donde se mezclara con alcohol. Una vez concluido el periodo de añejamiento el “vino” está listo para elaborar el licor y se procede a mezclar el vino, alcohol, agua y azúcar para después verterlo en un vaso con hielo y disfrutarlo. Hoy en día se puede encontrar licores de otros sabores como: el más tradicional de Mora, así como piña, nanche, uva y naranja.

La elaboración es cien por ciento artesanal, basada en antiguas recetas de herencia familiar.

Crédito de texto: Portal VeracruzMio